lunes, 23 de marzo de 2015

Rudolf Brazda, memoria del holocausto nazi

Palizas, trabajos forzosos, castraciones, experimentos, muerte... eran algunos de los tratos a los que estaban sometidos día a día tantos los judíos como los homosexuales en el holocausto nazi. Tras la llegada del poder de Hitler a Alemania, se inició una gran persecución hacia los homosexuales con el fin de purificar racialmente a la población alemana. La homosexualidad era prohibida y quienes lo eran se les consideraban débiles e incapaces de reproducirse y servirle a su país.


Rudolf Brazda tuvo que vivir la odisea del Holocausto Nazi cuando tenía solo 20 años de edad. Nació en Turingia Alemania en 1913, hijo de padres checos inmigrantes. Brazda descubrió que era homosexual cuando los nazis tomaron el poder en Alemania. Vivía abiertamente su homosexualidad cuando conoció a su novio y fue detenido por la policía por compartir su vivienda con su compañero sentimental. Fue  llevado a una cárcel donde cumplió seis meses de prisión y tuvo que alejarse un tiempo de Alemania. Más tarde las leyes se pusieron mucho más rígidas y las condenas por homosexualidad subieron hasta 5 años de prisión donde en 1935 la homosexualidad pasó a ser un delito grave. (El “Olvidado (e) s” de la Memoria ©, 2011)

                     
                                                                                                                                                                                      Fotografía de arte tomada en Mulhouse, final de los                                                                                                                     anios cuarenta- Colección privada- Derechos reservados  



Rudolf Brazda, el último superviviente de los
'triángulos rosa',
 en 2010. / FREDERICK FLORIN (AFP)    

                                                                                                                        
''Llegué a una habitación muy grande donde había una piscina, en esa piscina nos teníamos que desnudar y teníamos que banarnos desnudos, lo cual era llamado ''desinfección'', en ese momento un S.S empujó mi cabeza en el líquido desinfectante, realmente quería vomitar. Yo todavía tenía mi cadena de oro con una cruz la cual fue un regalo de mi novio.
Me la arrancó y me preguntó que si era un ''churchgoer'' y por supuesto respondí. Cuando dejamos el cuarto de desinfección tuve que volver a vestirme pero esta vez con el uniforme de prisionero a raya también nos dieron símbolos y a mi me asignaron un triángulo rosa. era el símbolo de la homosexualidad'' Rudolf Brazda, last of the Pink Triangles, tells his  story https://www.youtube.com/watch?v=x-1uFsOXWhQ)                                                                 

''Cuando se preparaba la inauguración de la escultura que conmemora en Berlín a las víctimas homosexuales de los nazis, los organizadores no creían que siguiera vivo ninguno de los entre 10.000 y 15.000 hombres internados en campos de concentración por sus preferencias sexuales. Les sacó de su error la llamada de una mujer: su tío Rudolf Brazda, nacido en Turingia en 1913, pasó por Buchenwald entre 1941 y 1945 y estaba dispuesto a participar en la ceremonia. No pudieron traerlo a tiempo a Berlín, pero Brazda sí participó en un acto conmemorativo durante la fiesta del Orgullo Gay de 2008, que se celebró en la ciudad cuatro semanas después.''
 Gómez ( 7 de a gosto de 2011) Rudolf Brazda, el último de los 'triángulos rosa'. El país recuperado
de http://elpais.com/diario/2011/08/07/necrologicas/1312668002_850215.html



           Rudolf Brazda, last of the Pink Triangles, tells his story


                                     https://www.youtube.com/watch?v=x-1uFsOXWhQ






Años cincuenta: en compañía de EDI (a la izquierda) sobre las marchas del Templo Saint-Étienne en Mulhouse
Colección privada - Derechos reservados 

 Rudolf Brazda. Itinerario de un triángulo rosa
El último superviviente deportado por homosexual
                                                                  Jean-Luc Schwab



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